EL ROL DE “FACILITADOR” (DANDO CONTENIDO A LA IDEA DE SERVICIO)

(A Pepa, a quien tanto aprecio y admiro,
en mi deseo de ver algún día la gran directiva
que puede llegar a ser -¡y mira que te resistes…!-)


“Si encomiendas a un hombre
más de lo que puede hacer lo hará.
Si solamente le encomiendas lo que puede hacer, no hará nada.”

Rudyard Kipling

“El que no vale para servir,
no vale para vivir”

Madre Teresa de Calcuta

Tal vez una de las CUALIDADES más importantes del empresario y del directivo -más decididamente estratégicas, por la inestimable contribución que hace al progreso (en una visión de largo plazo, por supuesto) del profesional y de la empresa- sea la de SER UN “FACILITADOR”.

El BUEN LÍDER -el líder innato que se PREOCUPA POR LOS INTERESES DE SU PERSONAL- tiene en esta cualidad uno de sus grandes PUNTOS FUERTES. Y precisamente por ser innato, es una cualidad que posee sin que haya tenido que reparar en ella. Realmente, esta cualidad responde a un interés sincero por el progreso de su equipo y del negocio en general, aspectos que siempre deben ir de la mano.

Esta cualidad SE ECHA DE MENOS cuando el empresario o directivo no asume el papel de liderazgo que le corresponde (en otras palabras: no es un líder), o no siente un interés real por el bienestar de sus empleados, o no dispone de la habilidad técnica suficiente como para tener una perspectiva amplia y concisa de la problemática que se da en su empresa y en la labor de sus empleados.

¿Y cuándo un líder cumple esta labor de ser un “facilitador”? Muy sencillo: cuando se pone al SERVICIO DE SUS EMPLEADOS en el empeño de ayudarles a que adquieran la pericia suficiente y dispongan de los medios necesarios para que superen las dificultades asociadas al desempeño de sus puestos de trabajo.

Aparentemente, en el párrafo anterior no se ha dicho nada nuevo. Pero solo aparentemente porque este planteamiento tiene un elevado potencial cuando son los empleados los que toman la INCIATIVA y asumen la RESPONSABILIDAD, de tal manera que son ellos mismos los que DETECTAN LAS CARENCIAS que frenan su trabajo e INVOLUCRAN a sus mandos

Este planteamiento hace imprescindible la confluencia de una actitud adecuada en cada una de las partes. En primer lugar, por parte del empresario o directivo, la de llevar a cabo una DELEGACIÓN REAL Y EFECTIVA de las responsabilidades y objetivos que tienen que sacar sus empleados, así como la DISPOSICIÓN REAL A PONERSE AL SERVICIO de sus empleados, no para hacer su trabajo sino para ayudarles a que lo hagan con soltura y superación. En segundo lugar, por parte de sus empleados, la de ASUMIR UN PAPEL MÁS MARCADO POR LA RESPONSABILIDAD de sacar adelante unos objetivos (volumen y calidad) que por la de ser un mero ejecutor de ordenes, así como la disposición de HACERSE RESPONSABLE DE TODA CLASE DE LIMITACIÓN que pueda obstruir esta meta, ya sea por falta de medios o por falta de conocimientos y experiencia propia. Y utilizo la palabra responsable en su sentido de tener la intención de dar una respuesta adecuada.

Cumplir el rol de “facilitador” no es otra cosa que llevar hasta sus últimas -y más necesarias- consecuencias la exigencia de APOYO MUTUO y la DISPOSICIÓN DE SERVICIO (ese PONERSE AL SERVICIO de…) que debe primar en todos los niveles y miembros de la empresa. SERVICIO EXTERNO y SERVICIO INTERNO, pero ¡Servicio! ¡Servicio! ¡Y servicio! Servicio al jefe, servicio al compañero y servicio al ayudante, pero ¡Servicio! ¡Servicio! ¡Y servicio! SERVICIO DADO y, si es necesario, SERVICIO EXIGIDO, pero ¡Servicio! ¡Servicio! ¡Y servicio!

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa

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