MOTIVACIÓN E INICIATIVA: TODO EMPIEZA POR UNO MISMO (DE LOS VERDADEROS ALIADOS)



“Si un hombre es llamado a ser barrendero, debería barrer las calles de la misma manera que Miguel Ángel pintaba, que Beethoven componía música o que Shakespeare escribía poesía. Debería barrer las calles tan bien que todas los ángeles del cielo y de la tierra se detuvieran a mirar y decir: Aquí vivió un barrendero que hizo bien su trabajo”.

Martin Luther King (1929 - 1968)


No hay RENDIMIENTO aceptable si falta ENTREGA en lo que se hace, si no hay un cierto "ESPÍRITU DE CONQUISTA", si algo no nos impulsa, si falta INICIATIVA, si no encontramos SENTIDO a lo que queremos hacer, si nos falta MOTIVACIÓN (pero de esa motivación que surge de lo más recóndito de nuestro ser y canaliza nuestras energías creativas y emprendedoras). En definitiva, jamás habrá un rendimiento aceptable si faltan "GANAS", AMBICIÓN y CORAJE. Y ESO ES ALGO QUE DEBEMOS TRAER CADA DÍA DESDE NUESTRA CASA, POR MUCHO QUE DEBA SER VALORADO, FOMENTADO, CUIDADO Y CANALIZADO EN LAS ORGANIZACIONES PARA LAS QUE TRABAJAMOS.

Por eso, frente a la ABSURDA MODA -que se ha convertido en paradigma durante las últimas décadas- de hacer depender la motivación y el rendimiento, de forma escluvisva, de la HABILIDAD DE SU JEFE (y, en general, de "la empresa") para hacerla aflorar (¡como si la motivación pudiera estar dormida en una especie de letargo!), reclamo el PROTAGONISMO DE LAS DOS PARTES. La del propio PROFESIONAL que debe aportar su capacidad, su valía, su motivación, su compromiso y su ambición, por un lado. Y la de esos JEFES Y DIRECTIVOS que deben ser verdaderos INCENTIVADORES, FACILITADORES y DESARROLLADORES del talento que se pone a su servicio, además de justos RECOMPENSADORES por los beneficios conseguidos. La clave no está en hacer que alguien sea aquello que no sabe que quiere ser, ni en conseguir que sea aquello para lo que no tiene cualidades. La clave está en RECLUTAR profesionales que quieran brillar ejerciendo su VOCACIÓN, y en facilitar su desarrollo profesional hasta alcanzar el máximo de su NATURAL TALENTO. Es, en definitiva, un trabajo conjunto en el que las dos partes deben tomar la INICIATIVA y nadie debe quedarse como mero comparsa.

Esta forma de entender la motivación requiere de un cambio de mentalidad -de un cambio de "chip"- que nos permita superar este "buenismo" de SOCIEDAD PATERNALISTA -tan complaciente con nuestras CARENCIAS ACTITUDINALES como IMPRODUCTIVO- que se ha instalado en todos los ámbitos de nuestra sociedad (especialmente en nuestra clase política que, con tanto éxito hasta ahora, lo ha venido utilizando como reclamo electoral), y por el cual ESPERAMOS PASIVAMENTE A QUE LAS COSAS OCURRAN POR AZAR O PORQUE ALGUIEN LAS TERMINE HACIENDO POR NOSOTROS. La supervivencia de nuestro sistema productivo -y de nuestra propia sociedad- está en juego.

Retomando el hilo argumental de este artículo, alguien me preguntará ¿pero qué pasa con esos trabajos que nadie quiere y que tan poco gratificantes y motivadores son? Es cierto que hay muchos trabajos que resultan ALIENANTES, pero es aquí donde cobra una fuerza descomunal la brillante frase pronunciada por MARTIN LUTHER KING con la que he empezado. Y por eso, debemos dejar un par de cosas muy claras: Nada hay más DESHUMANIZADOR que TRABAJAR POR UN SALARIO O POR UNA VANIDAD, SIN MÁS, OLVIDÁNDONOS DE QUE TRABAJAMOS PORQUE ALGUIEN ESPERA UN BUEN SERVICIO NUESTRO (hay alguien a quien agradar o a quien defraudar). Y, por el contrario, nada fortalece tanto el espíritu como una clara VOCACIÓN DE SERVICIO hacia aquellos que dependen de nuestro esfuerzo, sin importar a lo que nos dediquemos: ese espíritu que pacifica nuestra conciencia por el simple hecho de habernos esforzado y de "haberlo hecho bien". En cierto modo, siempre podemos disfrutar con la sana búsqueda del humilde reconocimiento al TRABAJO BIEN HECHO. Hagamos el tipo de trabajo que hagamos, la mejor recompensa es esa.

Por descontado, a los buenos profesionales aquí descritos no sólo hay que darles nuestro APOYO INCONDICIONAL y la posibilidad de que conquisten el mundo. Hay que cuidarlos -en todos los sentidos- como lo que son: verdaderos TESOROS y loables ALIADOS de nuestra PROSPERIDAD.

Bueno ¿qué? ¿Nos atrevemos a pensar y hacer algo realmente especial?

Emilio Muñoz
Soluciones de gestión para la empresa y los emprendedores

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