¿ORGANIZACIONES MÁS SENCILLAS? NO, GRACIAS. ¡SUPEREMOS ESTE MITO YA!


Las INERCIAS nos pueden. Tanto que seguimos defendiendo planteamientos que dejan de tener sentido por el hecho de que no hagamos el esfuerzo de pararnos a pensar detenidamente y ser sanamente críticos con nuestros planteamientos y rutinas más arraigados. En este sentido, aún sigo leyendo y escuchando a defensores de la sencillez organizativa, cuando VIVIMOS EN UN MUNDO QUE SE MUEVE EXPONENCIALMENTE EN LA COMPLEJIDAD, y cuando ESTAMOS CREANDO HERRAMIENTAS PERFECTAMENTE ADECUADAS PARA GESTIONARLA. Abogar por un planteamiento como el descrito supone dar un PÉSIMO CONSEJO.

“La complejidad de las cosas,
las cosas dentro de las cosas,
parece sencillamente inagotable”

Alice Munro (1931 - …)


Y no nos equivoquemos: SENCILLEZ, SÍ, por supuesto. Pero la sencillez tiene un límite marcado por el puro sentido común (el menos común de los sentidos, ya se sabe): que NO SE CONVIERTA EN LA LIMITACIÓN. Precisamente, este es el riesgo actual. Siempre hay un mix de sencillez – complejidad adecuado, y no saber dar con el adecuado es perder una ventaja competitiva y / o, lo que es más grave, QUEDARSE DESFASADO.
EL MUNDO EN EL QUE LA SIMPLICIDAD ERA UNA EXIGENCIA
El girasol, un fractal natural, ejemplo de diseño complejo y funcional
La sencillez es un recurso cuando la complejidad se convierte en la limitación. La complejidad organizativa que se hizo patente cuando los organismos públicos y privados crecieron demasiado, dieron lugar a la burocracia, ese mal del siglo XX. ¿Por qué ocurrió esto? Una razón fue que no había herramientas adecuadas para una mejor GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN, DE LAS COMUNICACIONES Y, POR EXTENSIÓN, DE LA NECESARIA COORDINACIÓN de la actividad humana grupal. Pero ¡cuidado! Eso era así en base al desarrollo tecnológico alcanzado en esa época, ¡QUÉ HA CAMBIADO DRÁSTICAMENTE!
AVANCES DEL MUNDO ACTUAL QUE PERMITEN MAYORES NIVELES DE COMPLEJIDAD
Actualmente, el desarrollo de las TIC nos permite superar esa parte del problema del que he hablado anteriormente. La llamada “transformación digital” nos permite gestionar de una forma muchísimo más rápida la información y conectar instantáneamente a personas situadas en casi cualquier punto del globo (con actividad económica). Las limitaciones derivadas del potencial de las herramientas TIC se están superando con extrema rapidez y facilidad, por lo que LAS POSIBILIDADES DE COORDINACIÓN de los equipos humanos son ahora enormes. Además, contamos con una novedad extraordinariamente positiva: EL NIVEL EDUCATIVO DE LA POBLACIÓN ES MUCHO MAYOR ahora que hace tan solo cincuenta o setenta años y EL CONOCIMIENTO Y MANEJO DE LAS NUEVAS HERRAMIENTAS DIGITALES SE DIFUNDE A UNA SORPRENDENTE VELOCIDAD. Precisamente, LAS HERRAMIENTAS TIC SON EL MEJOR EJEMPLO A SEGUIR EN CUANTO AL BINOMIO SENCILLEZ – COMPLEJIDAD: si se ha conseguido este enorme hito de la difusión de las TIC es gracias a que se ha combinado con extraordinaria maestría la COMPLEJIDAD EN EL DISEÑO Y FUNCIONALIDAD DE LA HERRAMIENTA CON LA SENCILLEZ DE SU USO, algo que debemos mucho a Steve Jobs, todo un pionero que, con su fuerza de voluntad, inspiró a todo el sector. En definitiva, aún tenemos mucho camino por recorrer, pero los avances al día de hoy ya son espectaculares.
LAS LIMITACIONES DEL PASADO QUE PERVIVEN Y HAN QUEDADO AL DESCUBIERTO. LOS RETOS
Si nos fijamos bien, leemos entre líneas y lo meditamos un poco, el desarrollo tecnológico ha servido para dejar al descubierto lo que, en mi opinión, siempre ha sido el mayor obstáculo (que no único, como hemos visto) para la creación de organismos más grandes, complejos y eficientes: LA PROVERBIAL DIFICULTAD QUE MOSTRAMOS PARA TRABAJAR EN EQUIPO. La creación, dirección y coordinación de grupos de trabajo cuyos miembros colaboren en sana armonía y se entiendan con facilidad es más un deseo idílico e inalcanzable que un objetivo mínimamente conseguido (con las consabidas excepciones). La realidad es que, en nuestra sociedad, EL CONFLICTO, EL ENFRENTAMIENTO, LAS DIFERENCIAS, LA LUCHA POR EL PODER O LA DESLEALTAD son, seguramente, los causantes de niveles de productividad sensiblemente inferiores a los que se podrían alcanzar en ese otro contexto. Derrochamos un tiempo y unas energías muy valiosas en airear y recrear nuestras diferencias y conflictos.

No puedo dejar de insistir, como he hecho en otras ocasiones, que nuestro mundo actual puede soportar, por ahora, las carencias que mostramos al respecto, pero DUDO QUE LOS SERIOS RETOS QUE TENEMOS PLANTEADOS PERMITAN MANTENER UNA SITUACIÓN ASÍ DURANTE MUCHAS MÁS DÉCADAS. Una vez superadas las limitaciones impuestas por la tecnología, EL RETO RESIDE EN NUESTRA MENTE: NUESTRAS MENTALIDADES, NUESTRAS CULTURAS, NUESTROS HÁBITOS O NUESTRAS RESPUESTAS EMOCIONALES, entre otras. El objetivo no puede ser otro que mejorar nuestras organizaciones y construir ENTORNOS DE COLABORACIÓN CLARAMENTE MÁS COOPERATIVOS, RESPETUOSOS Y AMABLES. Entornos en los que la lucha por el poder ceda el paso a la colaboración, siempre mucho más provechosa para todos. Entornos en los que cada miembro del grupo reciba y asuma un PAPEL SIEMPRE VALORADO, ENRIQUECEDOR Y QUE POTENCIE AL MÁXIMO EL APROVECHAMIENTO DE LAS CAPACIDADES INDIVIDUALES como la CREATIVIDAD O LA INICIATIVA.

Corrientes de pensamiento que ya están funcionando, como la HOLACRACIA, deben ser perfeccionadas y aprovechadas como HERRAMIENTA PARA EL CAMBIO. No solo deben ser un punto de llegada muy deseable a nivel organizativo: nos pueden facilitar ese cambio de mentalidad y cultural que tan conveniente es ahora y tan imprescindible será en el futuro.
CONCLUSIÓN
Como conclusión, debo añadir que la fantástica REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA que se está produciendo con la transformación digital debe ser secundada por una revolución mucho más compleja: la REVOLUCIÓN DE NUESTROS ESQUEMAS ORGANIZATIVOS: mejoras que permitan absorber y gestionar adecuadamente la complejidad creciente de nuestras sociedades. Esta complejidad no debe trasladarse a las relaciones y al desempeño humano, sino que debe aprovechar las nuevas tecnologías para crear procedimientos internos más complejos a la vez que sencillos de ejecutar gracias a la automatización. Además, también es imprescindible una mentalidad saneada, normas de conducta mejoradas y hábitos renovados que permitan una mejor colaboración y armonía, como paso imprescindible para una mejor toma de decisiones y una mayor productividad del trabajo. Bien pensado, otra revolución en sí misma.

¿Organizaciones más complejas? Si, en su diseño y automatización (no cabe otra solución en este mundo cada vez más complejo). No en cuanto a la ejecutoria de su personal y a la relación con el cliente. Abandonemos los planteamientos que, buscando la sencillez, terminan siendo simplistas. Para conseguirlo hay mucho trabajo y muy laborioso por delante pero tenemos la naturaleza para inspirarnos (por ejemplo, el mismo cuerpo humano). ¡Todo un apasionante reto!

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa
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