INICIATIVA Y EMPRENDIMIENTO EN ESPAÑA. SU EFECTO EN EL NIVEL DE EMPLEO

Iniciativa, esta es la palabra clave. Iniciativa como fruto de una cultura emprendedora que se refleje en la proliferación de contactos comerciales. Un país es pobre, no porque falten clientes con necesidades pendientes de ser satisfechas de una mejor forma (que nunca faltan), sino porque faltan profesionales que den el salto a trabajar por su cuenta, montando un negocio, grande o pequeño (que es lo de menos) adecuado a sus fines.


"La sociedad podría sostenerse
a través de un intercambio comercial de buenos oficios"

Adam Smith (1723 - 1790)


UN RESUMEN…

Free image: Max Pixel
Cuando pensamos en un país económicamente fuerte y en una sociedad rica siempre pensamos en grandes empresas y grandes empresarios. Sin embargo, la prosperidad de un país depende mucho más del VOLUMEN Y CALIDAD DE SUS INTERCAMBIOS COMERCIALES, ya se produzcan entre sus ciudadanos o con el exterior. El tamaño de sus empresas no es el factor decisivo.

Esto está íntimamente ligado con el GRADO DE EMPRENDIMIENTO y la CULTURA EMPRENDEDORA imperante. De esta manera, una país cuyos ciudadanos están esperando a que surja un puesto de trabajo para ofrecerse, sin tomar la iniciativa de crear un producto o servicio que interese a una posible clientela, tendrá un nivel de intercambios económicos más reducido, niveles de desempleo más altos, diferencias de renta marcadas y un nivel de bienestar general limitado. Justamente el CASO DE ESPAÑA, aunque podemos decir que, poco a poco, se va corrigiendo esta situación.


…Y UNAS REFLEXIONES.
Hablamos constantemente de la importancia de innovar en esta sociedad competitiva donde, según se dice, solo sobrevive quien toma la delantera en esa materia prima llamada CONOCIMIENTO, en la MEJORA CONTINUA de productos y procesos, y en la capacidad para CREAR NUEVAS Y MÁS SATISFACTORIAS SOLUCIONES para los clientes.

Sin embargo, no es cuestión de ser los más grandes ni los mejores. Para sobrevivir no es necesario estar por delante de los competidores sino tener un modelo de negocio que funcione razonablemente bien y que satisfaga la necesidad de una clientela a un precio que ésta considere razonable. Lo que si se precisa, en esta sociedad de la división del conocimiento y el trabajo, donde todos somos especialistas, es que se multipliquen las relaciones comerciales, incluso sin hacer del dinero el medio de pago (me refiero, por supuesto, a la economía colaborativa). Se requiere, por tanto, un mercado activo que facilite el ENCUENTRO y el CONTACTO entre demandantes y oferentes, así como el establecimiento de CANALES CRUZADOS por los que fluyan con facilidad bienes y servicios.

La clave del desarrollo económico de un país y de su mantenimiento a lo largo del tiempo es disponer de una CULTURA DE EMPRENDIMIENTO consolidada, y contar con una LEGISLACIÓN y unas INSTITUCIONES POLÍTICAS que faciliten la actividad emprendedora y empresarial (o, al menos, que no la estorben). No implica desregular la actividad económica, ya que siempre son necesarias las REGLAS DE JUEGO, pero estas deben FORTALECER UN SANO EMPRENDIMIENTO, no dificultarlo.

Además, el número de empresas punteras va, justamente, en relación directa al nivel de emprendimiento de la sociedad. Cuanto más prolifera el emprendimiento, más arraiga la cultura emprendedora y empresarial, mayor habilidad de gestión se adquiere, mejor es la adaptación a un entorno competitivo y mayores casos de éxito se consiguen. Pura lógica.

En España, el gran problema del desempleo reside en que somos mucho más de trabajar por cuenta ajena, dejando que otros sean los que se arriesguen a emprender. Debemos tener en cuenta que en nuestro país ha habido un agravante muy serio: nuestra legislación y nuestras prácticas han entorpecido y penalizado tradicionalmente el emprendimiento, una realidad que vamos, poco a poco, superando. Es cierto que no tenemos una cultura emprendedora muy consolidada ni se ha favorecido la preparación de la población para dirigir un negocio. Como es cierto que durante muchas décadas la figura del emprendedor y del empresario ha sido mal vista (no faltan casos concretos que lo justifiquen) y su labor se ha visto seriamente entorpecida.

Una última nota. El espíritu emprendedor no solo es posible y positivo en la creación de un negocio. DENTRO DE LA PROPIA EMPRESA, una actitud claramente activa y una VOCACIÓN DE MEJORA Y ENRIQUECIMIENTO DE LA PROPIA LABOR, es una excelente base para la mejora de la actividad productiva de cualquier país y de su bienestar. Pero con la condición de que la ESTRUCTURA ORGANIZATIVA DE LA EMPRESA no bloquee y desincentive, sino que premie, dicha actitud y sus frutos.

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)

Comentarios

Lo + visto

'MBA PERSONAL' DE JOSH KAUFMAN - UNA INCISIVA VALORACIÓN DEL LIBRO

FACTORES ACTUALMENTE CLAVE PARA LA SUPERVIVENCIA Y EL PROGRESO EMPRESARIAL

LAS CUATRO EXIGENCIAS DEL EMPRENDEDOR: IDEALISMO, CORAJE, FE Y SENTIDO PRÁCTICO

MOTIVACIÓN E INICIATIVA: TODO EMPIEZA POR UNO MISMO (DE LOS VERDADEROS ALIADOS)

EMPRENDIMIENTO DIRECTIVO: UNA COMPETENCIA BÁSICA EN EL ARTE DE DIRIGIR

LA TRASCENDENCIA DEL RETO ORGANIZATIVO. RENOVARSE O MORIR