ESE HÉROE QUE LLEVAMOS DENTRO

“Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa
que el que sucumbe;
pero jamás el que abandona el combate”
Thomas Carlyle (1795-1881)


Frente a la concepción más habitualmente aceptada de que los héroes lo son por su VALOR, al enfrentarse a las más difíciles situaciones (valor entendido como CORAJE, hasta el punto de arriesgarlo todo), yo me sumerjo en una interpretación que va más allá de las apariencias y que pretende entender las raíces de esa ACTITUD que admiramos y sentimos ajena a nuestras humanas posibilidades, y que puede marcar la diferencia en aspectos básicos de nuestra vida.

Si uno se fija bien en la naturaleza de los héroes que han destacado a lo largo de la historia -hayan sido reconocidos por los manuales de esta disciplina o se trate de esos otros tan valiosos como anónimos que no aparecen- nos daremos cuenta de que son personas de carne y hueso, personas que ríen y lloran igual que nosotros y que temen al destino como cualquier otro ser humano. Porque los héroes no lo son por tener una naturaleza diferente a la nuestra. Al contrario, fuera de sus actos heroicos se confunden entre nosotros -el resto de los mortales- y les reconocemos en sus virtudes tanto como en sus defectos.

Bien podríamos decir que, de la misma forma que todos llevamos un genio en potencia, DENTRO DE CADA UNO DE NOSOTROS TAMBIÉN LLEVAMOS A UN HÉROE. Pero sólo quien se atreve a DESCUBRIRLO y a ASUMIRLO marca la diferencia, porque dicho conocimiento nos hace ir más allá de donde comúnmente nos atrevemos a llegar: nos acerca a nuestro potencial. Pero si todos llevamos un héroe en potencia ¿qué es lo que nos convierte en uno de ellos? Muy sencillo: UN ESPÍRITU SANO y UN BUEN MOTIVO: un alma NOBLE y ese algo que sentimos tan importante y que se hace MERECEDOR DE NUESTRA OSADÍA, incluso hasta arriesgarlo todo (la vida misma, si es preciso).

Solo hay dos tipos de cosas que pueden ser un “buen motivo”: nuestros SERES QUERIDOS y nuestros más ELEVADOS IDEALES, aquellos -unos y otros- que nos alejan de las máquinas biológicas que somos y nos acercan a la divinidad; todo aquello que nos ILUSIONA y nos MOTIVA hasta el punto de convencernos de que la vida pierde su sentido si nos fuera prohibido perseguirlo. Más aún, todo aquello (todos aquellos) sin lo cual (sin los cuales) la vida no merece la pena ser vivida.

Al final, la CONFIANZA en nuestras propias posibilidades, la FÉ en nuestros IDEALES, esa necesidad de COMPARTIR el fruto de nuestras empresas (la tristeza del fracaso o la alegría del éxito), el espíritu COMBATIVO, el EMPEÑO insobornable, la RESISTENCIA al desaliento o esa ENERGÍA inagotable que derrochamos cuando nos esforzamos por algo que sabemos que merece la pena (algo noble), TODO ESTO ES LO QUE NOS CONVIERTE EN HÉROES SIN NECESIDAD DE QUE SEAMOS ESPECIALES. Y NOS CONVIERTE EN LA SEMILLA Y EN EL FRUTO DE EMPRESAS EXCEPCIONALES.

Emilio Muñoz
Soluciones reales de gestión para la empresa

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Comentarios

  1. Independientemente de las cualidades innatas, todos podemos ser un heroe, ganemos o perdamos, todo depende de la valentia y alma que demostremos.

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  2. Todos podemos llegar a ser, si tenemos el valor y el sentimiento necesario para serlo.

    Muy bueno Emilio, me recuerdas un tema que escucho en mi auto cuando la depre me visita.

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