¿DÓNDE ESTÁN LAS DEFICIENCIAS EN ORGANIZACIÓN EMPRESARIAL? ¿EN LOS MODELOS QUE USAMOS O EN LAS PERSONAS?


Jerarquía, Redarquía, Holarquía, Teal, Dual… Muchos son los modelos organizativos a los que se puede optar hoy en la empresa. Y en todos hay un FACTOR DE RIESGO delicado que NO SUELE SER TENIDO EN CUENTA. Más allá de que unos sean más adecuados que otros en el concreto mundo actual, hay un riesgo latente que siempre está ahí y que no siempre tenemos en cuenta, para perjuicio nuestro.


“El cambio es mental y, consecuentemente, actitudinal.
Es lo que parece que todavía muchos no entienden”

Juan Ferrer

UNA INTRODUCCIÓN…

¿Y qué falla más en economía política? ¿Los sistemas ideados (capitalismo, comunismo, economía mixta…) o las personas? Pues falla exactamente lo mismo. Veamos…

LOS MODELOS DESARROLLADOS EN CIENCIAS SOCIALES SUELEN SER IMPECABLES PERO LO HABITUAL ES QUE SURJAN PROBLEMAS que, finalmente, lleven al cuestionamiento del propio modelo, a su revisión y a su renovación o cambio. Cuando un problema se repite continuamente hay alguna causa de fondo que no se afronta y que no se resuelve. Se puede cambiar todo lo demás, pero seguirán apareciendo síntomas de que algo no se afronta adecuadamente.

Y, como se puede imaginar, somos las personas las que fallamos. NO SE TRATA DE UN PROBLEMA METODOLÓGICO, SINO DE OTRO DE ACTITUD. No se trata del funcionamiento del modelo en sí mismo sino de CÓMO LO UTILIZAMOS las personas. Hay un supuesto básico que se debería tener siempre en cuenta en ciencias sociales, referido al COMPORTAMIENTO HUMANO. Sin embargo, lo obviamos a menudo.


…Y UNAS REFLEXIONES.

Si hablamos a nivel macro podemos referirnos al sistema democrático como el mejor sistema político, cuando solo le considero el menos malo. En el terreno de los sistemas económicos, si nos referimos al capitalismo, podemos decir exactamente lo mismo. Los dos padecen una gran inestabilidad, con constantes convulsiones que afectan a millones de personas en todo el mundo; en un lugar u otro, en un momento u otro.

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¿QUÉ FALLA? Si sobre el papel es todo tan correcto, ¿qué es lo que no funciona? Como decía más arriba, y centrándome en el entorno empresarial, un supuesto básico; uno de esos supuestos que se da por válido pero que siempre termina por fallar. ¿Qué supuesto? El BUEN CRITERIO EN LA TOMA DE DECISIONES Y EN LA ACTUACIÓN DE LAS PERSONAS. Ese que nos dice que las decisiones individuales no entrarán en conflicto, ni perjudicarán, al bien colectivo. Ese supuesto que conjetura que el interés individual sumado se corresponderá con el bien colectivo. Ese supuesto que presume la actuación individual RESPETUOSA SIEMPRE CIERTOS VALORES ÉTICOS.

Al contrario, el interés individual lleva a la toma de decisiones que, en muchas ocasiones, perjudica a terceros y al colectivo. Es la otra cara de esta sociedad competitiva que premia y admira al vencedor sin reparar en cómo se ha actuado. Y actuamos así aunque se den niveles de insatisfacción, soledad, hartazgo y depresión muy preocupantes, como demuestran informes oficiales de organismos internacionales (trataré sobre el tema).

El interés individual es legítimo, pero REQUIERE DE RESPETO, en el más amplio sentido de la palabra, y resulta DUDOSAMENTE BENEFICIOSO CUANDO ENTRA EN CONFLICTO CON EL INTERÉS COLECTIVO (con los intereses de los demás). Realmente, el bienestar individual se ve más enriquecido cuanto más se acompasa con el bien común. LA COLABORACIÓN SIEMPRE RENDIRÁ MAYORES FRUTOS QUE LA COMPETENCIA Y LA DISPUTA porque evita el tiempo y los costes inútiles del enfrentamiento. Por esta razón, las empresas con altos niveles de competitividad y lucha por el poder se olvidan de su misión, de los clientes, de la innovación y hasta de los competidores (me refiero a los externos): FIRMAN SU SENTENCIA DE MUERTE. La descoordinación, el boicot, el desánimo y la falta de confianza les hacen perder el rumbo y la pujanza. Raro es el día que no se puede poner un nuevo ejemplo de lo que describo.

Centrémonos en el MODELO ORGANIZATIVO JERÁRQUICO-FUNCIONAL, tremendamente cuestionado en la actualidad. Es una solución que surge por doquier en el mundo animal y humano. Se basa en la “SELECCIÓN POR EL LIDERAZGO”, algo natural y beneficioso, salvo cuando el liderazgo se sustenta en la violencia y en la imposición. Ha funcionado razonablemente bien durante siglos, y durante mucho tiempo, en el contexto histórico donde proliferaba, ha sido la mejor opción a la necesidad de organizarse. ¿PODRÍA FUNCIONAR BIEN EN LAS EMPRESAS ACTUALES? SÍ, SI NO SE ANTEPUSIERA EL INTERÉS INDIVIDUAL AL BIEN COLECTIVO; si se diera un comportamiento basado en los mejores valores éticos; si la colaboración prevaleciera sobre la competitividad; si no fuéramos tan amantes del poder y la ostentación. Es absurdo pensar que funcionará bien la competitividad en entornos en los que nos encontramos para colaborar. Es un verdadero dislate que aceptamos con asombrosa naturalidad.

Cualquier solución organizativa puede hacer aguas por los motivos arriba expuestos. Cualquiera, sin excepción. Pero hay que reconocer, por otro lado, que hay soluciones más propensas a caer en estos problemas o culturas que facilitan su negativa propagación. En este sentido, EL MODELO JERÁRQUICO-FUNCIONAL, TAL COMO LO HEMOS CONOCIDO, SE MUESTRA MUY INADECUADO EN LA ACTUALIDAD: GENERA MÁS PROBLEMAS QUE SOLUCIONES. Y NO VALEN LOS PARCHES INGENIOSOS que tan a menudo van surgiendo y que funcionan durante una temporada, hasta que las personas se sienten engañadas (una vez más).

Cabe preguntarse QUÉ SISTEMA ORGANIZATIVO ES ACTUALMENTE MEJOR. Me arriesgo a decir que todos pueden funcionar razonablemente bien si las personas tienen la actitud y desarrollan una cultura adecuada: la CULTURA DEL RESPETO Y LA COLABORACIÓN. Pero que no se olvide: no todos facilitan igual de bien la colaboración, la iniciativa, la innovación, el desempeño o la pasión por lo que se hace. EL SISTEMA JERÁRQUICO-FUNCIONAL ESTÁ A LA COLA DE LAS ALTERNATIVAS AUNQUE SEA TODAVÍA PREDOMINANTE. Por otra parte, se debe tener presente que el talento, el carácter y el liderazgo siempre crearán una ordenación de tipo jerárquico en los colectivos, más informal que formal (de hecho, formalizarlo suele ser la peor opción). Es algo natural a la actividad en común, pero no debe confundirse con un sistema jerárquico funcional formal.

Emilio Muñoz
Soluciones de gestión para la empresa y los emprendedores

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